Jaime Arias: El nombre que no se debe pronunciar (La Biblia y sus secretos )
Este nombre, en hebreo, se
escribía con cuatro consonantes –como se ha dicho, en hebreo no había vocales-.
Las consonantes era yhwh. Pero el
nombre Yahvéh, aunque era una palabra hebrea más, fue objeto de un tabú, como
explican Gab el y Wheeler, hay que podía ser escrito, pero no pronunciado, ya aunque
aparece 6.800 veces en la Biblia, durante el judaísmo, el nombre de Yahvé fue
considerado sagrado, y existían normas severas para evitar que dicho nombre
fuera pronunciado.
El lector se preguntará cómo
resolvían los judíos, por ejemplo, la lectura de la Biblia en voz alta. Muy
sencillo: lo sustituían por un título neutro: adonai, que significaba “mi señor”; tal fue, por cierto, el nombre
más utilizado en las Biblias cristianas. En las traducciones griegas o latinas,
el nombre de Yahvéh se traduce por Kirios
y Dominus. Y ocurre que “señor” es un
título y no un nombre, aunque se escriba con mayúscula. No es, en realidad, el
nombre originario bíblico de Dios. Sólo en el Nuevo Testamento, a las palabras
griegas Kirios o Theos y a la latina Dominus
se les acabó dando la fuerza de la divinidad.
Si los judíos no
pronunciaban la palabra formulada por las cuatros consonantes yhwh, ¿de dónde surgió la voz “Yahvéh”?
En realidad, se trata de una palabra imposible, pues para los judíos yhwh no tenía sonido, ya que no la
pronunciaban. Cuando en la Edad Media, se decició colocar vocales en los textos
hebreos, para poder leerlos mejor, la palabra yhwh quedó sin vocales, pero se decidió añadir las vocales de adonai, creando así la palabra híbrida
de Jeohvah o Yahvé o Javé o Iahweh. Se trata en verdad de una especie de rompecabezas, todo
ello para evitar que los judíos pronunciasen el nombre de Dios.
Todo ello da a entender laimportancia que para los judíos de la Biblia tenía el nombre de Dios revelado aMoisés: el nombre que nunca pronunciaban. Más aún: no sabían ni cómo sepronunciaba. De ahí, tal vez, la importancia que la Biblia concede a losnombres de las cosas y de las personas. Es como si, para los judíos, laspalabras realizaran en la vida lo que significaban. Cada nombre era como unprograma de futuro. Y de ahí, quizá, surgieron más tarde, en el cristianismo,los sacramentos, que no son otra cosa que algunas palabras “Yo te bautizo”, “Yote perdono”, “Éste es mi cuerpo”, etcétera, donde las palabras realizan lo quesignifican.
Antonio Piñero: Los Testigos de Jehová y el nombre de Yahvé (Blog)
Josef Ratzinger: La oración del Padre – Santificado sea tu nombre (Jesús de Naz aret)
La primera petición del
Padrenuestro nos recuerda el segundo mandamiento del Decálogo: "No
pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso" (Ex 20, 7; cf. Dt 5,
11). Pero, ¿qué es el "nombre de Dios"? Cuando hablamos de ello
pensamos en la imagen de Moisés viendo en el desierto una zarza que ardía sin
consumirse. En un primer momento, llevado por la curiosidad se acerca para ver
ese misterioso fenómeno, pero he aquí que una voz le llama desde la zarza y le
dice: "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac,
el Dios de Jacob" (Ex 3, 6). Este Dios le manda de vuelta a Egipto con el
encargo de sacar de allí al pueblo de Israel y llevarlo a la tierra prometida.
Moisés deberá pedir al faraón la liberación de Israel en nombre de Dios.
Lo que llega a su
cumplimiento con la encarnación ha comenzado con la entrega del nombre. De
hecho, al reflexionar sobre la oración sacerdotal de Jesús veremos que allí El
se presenta como el nuevo Moisés: "He manifestado tu nombre a los hombres..."
(Jn 17, 6). Lo que comenzó en la zarza que ardía en el desierto del Sinaí se
cumple en la zarza ardiente de la cruz. Ahora Dios se ha hecho verdaderamente
accesible en su Hijo hecho hombre. Él forma parte de nuestro mundo, se ha
puesto, por decirlo así, en nuestras manos. De esto podemos entender lo que significa la
exigencia de santificar el nombre de Dios. Ahora se puede abusar del nombre de
Dios y, con ello, manchar a Dios mismo.
Podemos apoderarnos del nombre de Dios para nuestros fines y desfigurar así la
imagen de Dios. Cuanto más se entrega El en nuestras manos, tanto más podemos
oscurecer nosotros su luz; cuanto más cercano sea, tanto más nuestro abuso
puede hacerlo irreconocible. Martin Buber dijo en cierta ocasión que, con tanto
abuso infame como se ha hecho del nombre de Dios, podríamos perder el valor de
pronunciarlo. Pero silenciarlo sería un rechazo todavía mayor del amor que viene
a nuestro encuentro. Buber dice entonces que sólo con gran respeto se podrían
recoger de nuevo los fragmentos del nombre enfangado e intentar limpiarlos.
Pero no podemos hacerlo solos. nicamente
podemos pedirle a El mismo que no deje que la luz de su nombre se apague en
este mundo.
El
nombre del Alísimo. Un breve estudio (Iglesia
Ortodoxa Autocéfala de las Américas )
"Y entonces, todo aquel que invoque el Nombre de
YAHWEH será salvo." Joel 2,32
Testigos de Jeová: El nombre divino: su uso y significado (¿Qué enseña
realmente la Biblia? )
Al parecer, hay dos motivos principales. Primero, muchos
afirman que no debemos usar el nombre divino, ya que desconocemos cómo se
pronunciaba. Dado que el hebreo antiguo se escribía sin vocales, hoy nadie
puede decir con seguridad cuáles se utilizaban al pronunciar las letras YHWH en
tiempos bíblicos. ¿Deberíamos negarnos por eso a emplear el nombre divino?
Pues bien, en tiempos bíblicos, el nombre Jesús probablemente sonaba algo así como Yeshúa
o Yehoshúa; nadie puede asegurarlo. Sin embargo, por todo el mundo se usan
diferentes formas del nombre Jesús, que se
pronuncian de la manera usual en cada idioma. Aunque la gente desconoce cómo se
pronunciaba ese nombre en el siglo primero, no duda en usarlo.
De igual modo, si usted viajara al extranjero, vería que su nombre suena
diferente en otras lenguas. Por eso, el que no sepamos con seguridad cómo
se pronunciaba el nombre de Dios en la antigüedad no es razón para negarse
a usarlo.
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