Apuntes del debate:
Los textos de Nag Hammadi
no aportan noticias sobre la vida de Jesús de Nazaret pero sí sobre el fenómeno
de la gnosis. La idea de Dan Brown de que la gnosis es un canto a lo material y
al sexo es radicalmente contraria a los principios del gnosticismo cristiano,
en los que primaba lo espiritual como opuesto a lo material.
Un monje de Nag Hammadi desobedeció la 19a Carta Festal de 367 del obispo Atanasio de
Alejandría con el mandato de que las comunidades cristianas de desprendiesen de
los escritos de carácter herético, que fueron descubiertos a mediados del siglo
XX, lo que vino a denominarse biblioteca de Nag Hammadi.
En el episodio de Pablo de Tarso en Éfeso es descriptivo de
la dualidad de creencias entre el cristianismo y los cultos paganos.
Un pretendido matrimonio entre Jesús de Nazaret y María
Magdalena no tiene sustento histórico alguno. En ningún caso se trata de un ”nombre”
que se suprima de la onomástica cristiana, sino que por lo contrario, hay
muchas santas con el nombre de Magdalena. También la imagen de María Magdalena
tiene una gran presencia en la iconografía medieval, renacentista, barroca y
post-barroca.
El canon es la
norma de la fe de los creyentes, lo que implica que los documentos canónicos
son los considerados como verdaderos por la comunidad de los creyentes. Los textos apócrifos son los que, por
oposición, no se consideran inspirados. De estos, los simplemente apócrifos son aquellos hacia los que la Iglesia no
compromete su autoridad. Los (apócrifos)
gnósticos son aquellos que recogen una teología considerada como
incompatible con la de los canónicos. Se tata, además, de documentos
cronológicamente, muy posteriores a los canónicos, si bien el gnosticismo en sí
mismo es anterior a Jesús de Nazaret, existiendo incluso, un judaísmo gnóstico.
Los evangelios gnósticos recogen diversas teologías, según el texto de que se
trate.
Pablo de Tarso se refiere al término gnosis en un doble
sentido. Como de gnosis salvadora, por un lado, y en un sentido negativo, para
referirse a las doctrinas cristianas-gnósticas, propiamente dichas, que
rechazan la materia en oposición al espíritu.
En determinadas escuelas del pensamiento gnóstico se produce
la paradoja de que, en su afán de liberarse de la materia a fin de ascender al
estado puramente espiritual, se abusaba del cuerpo entregándose los seguidores
de estas corriente a excesos y desenfrenos sexuales (por odio al propio
cuerpo), en contraste con la mayoría de las escuelas que propugnaban la
abstinencia radical de todo placer carnal, todo contacto sexual, incluso la
procreación. La idea común de la mayoría de las escuelas gnósticas es la
negación de la idea de creación y la creencia de que una suerte de cataclismo
cósmico supuso que los humanos perdiesen su condición divina y quedasen
encerrados en la materia (sus cuerpos). Las escuelas gnósticas intentan enseñar
a sus seguidores, mediante iniciación, cómo salir del laberinto carnal. Ello es
contrario a la idea que promueve Dan Brown en su novela El código da Vinci. Los textos gnósticos no aportan información
alguna respecto a la figura de Jesús de Nazaret, no únicamente por su distancia
cronológica con el mismo sino por su propia naturaleza gnóstica que, entre
otras consecuencias, desprecian la historia, por considerarla un fenómeno
material y terrenal derivado de la creación. La mayoría de su contenido es
doctrinal -máximas simbólicas-enigmáticas exclusivamente interpretables dentro
de la escuela de pensamiento-, y no narrativo, sin contextualización histórica
alguna.
La biblioteca de Nag Hammadi es un repertorio de documentos
de diversa naturaleza, a menudo incompletos, referentes a la persona y doctrina
de Jesús de Nazaret, pero de teología incompatible con la de la Iglesia
establecida en el Concilio de Nicea. De estos textos se tenía un cierto
conocimiento fragmentario por las citas de los autores cristianos,
especialmente Irnerio de Lyón, lo que desvirtuaría el mensaje de Dan Brown en
el sentido de que la Iglesia, con la aquiescencia del emperador Constantino, habría
realizado una manipulación de estos documentos con el fin de ejercer su dominio
social.
Se puede establecer una cierta relación entre la gnosis y el
movimiento de la nueva era si bien lo
único que subyace es la sobrevaloración de lo espiritual en un contexto de
religión a la carta (religión de cafetería).
No es aceptable que María Magdalena era la compañera de
Jesús de Nazaret y que esta hecho sería posteriormente ocultado por la Iglesia,
degradando a este personaje hasta el punto de identificarla con una mujer
pública, tradición ésta bastante tardía que se remonta a San Gregorio Magno.
Cabe situar el fenómeno del Código da Vinci y su gran éxito
en el gran apetito social que existe en relación a novedades sobre el nombre de
Jesús de Nazaret, en una situación de abandono de la fe, si bien en un sentido
radicalmente opuesto al en el que él se expresó y al margen de la doctrina de
la Iglesia.
El criterio de canonicidad
no es exclusivo de los cristianos, ni mucho menos de los católicos. Los judíos
consideran apócrifos también determinados textos veterotestamentarios presentes
en la Biblia católica, como los libros de Tobías
o Judit. Los cristianos gnósticos
pretendían ser portadores de un conocimiento secreto codificado respecto de la
vida de Jesús no asequible a los no iniciados.
Pablo de Tarso advierte en la Carta a los Colosenses contra las doctrinas gnósticas y sus
seguidores.
El Dios de Pablo de Tarso se expresa a través de la creación y la
creación es materia, por lo tanto, la materia es buena y puede ser utilizada
para rendirle homenaje y adoración.
El valor fundamental de los textos de Nag Hammadi es lo que aportan al conocimiento de la gnosis, si
bien, en algunos casos, representan una confirmación de lo que ya sabíamos.
El cristianismo canónico no es compatible con ulteriores
sincretismos lo que desvirtúa las creencias del movimiento de la nueva era.
La vida de un hombre célibe como Jesús que no tiene donde descansar la cabeza, no
parece compatible con un matrimonio y la estabilidad que este estado implica.
María Magdalena es una discípula de Jesús de Nazaret. A la mujer se la incluía
en lo social (los grupos eran mixtos si bien no revueltos) y en el relato
bíblico de la promesa de la salvación (Sara, Rebeca, Raquel, Lea), lo que no es
ningún alegato feminista.
No pueden negarse las evidencias históricas y el éxito del Código da Vinci se basa en la ignorancia
social que hace que las personas se encandilen ante meros espejismos de conocimiento, ello en el contexto de una generación
profundamente desinformada que gira en torno a simples dogmas divulgativos. Ello es terreno abonado para el afán de lucro
de los que se dedican a crear tales dogmas divulgativos en forma de productos
comerciales. Se ha inventado una María Magdalena inexistente.
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