BASE DE DATOS. INTERPRETACIÓN SIMBÓLICA E HISTÓRICO-CRÍTICA: LIBROS, INVESTIGADORES, TEÓLOGOS, DEBATES, ENTREVISTAS, CONFERENCIAS, DOCUMENTALES... (cristianismo.historia.teologia@gmail.com)
lördag 30 december 2023
FERNANDO DÍAZ VILLANUEVA Y CARLOS PÉREZ SIMANCAS: LOS ORÍGENES DE LA NAVIDAD [ENTREVISTA]
torsdag 28 december 2023
ANTONIO PIÑERO: GUÍA PARA ENTENDER A PABLO DE TARSO. LA NUEVA INTERPRETACIÓN DEL PENSAMIENTO DE PABLO DE TARSO [CONFERENCIA]
No tenemos
documento alguno más antiguo que el Nuevo Testamento para saber algo tanto de
Jesús de Nazaret como de Pablo de Tarso. Según la tradición catorce de los
libros del Nuevo Testamento salieron de la mano de Pablo y los Evangelios son
escritos predeterminados por el pensamiento del apóstol. Marcos, por su parte,
creó un nuevo género literario que fue seguido por el resto de los
evangelistas, si bien son posteriores en el tiempo a las siete cartas
auténticas de Pablo. Así pues, la figura de Jesús de Nazaret ha llegado hasta
nosotros a través de la interpretación de Pablo.
La figura de
Pablo, por su parte, desde el Evangelio de Marcos hasta 1970, ha sido
interpretada de una forma muy tradicional, constante y consistente, bajo la
influencia de San Agustín [Aurelio Agustín] (s. IV), según la cual se
trataría de un judío que abjuraría de la fe judía y que se convertiría al
cristianismo. Fruto de esta conversión manifestaría su pensamiento que la
muerte de Jesús tendría un efecto redentor que supondría la abolición de la Ley
judía, siendo esta substituida por la Ley del Mesías.
A partir de 1970
surge en las filas del protestantismo la idea de que esta interpretación pétrea de veinte
siglos podría estar equivocada. Hacia 1965 el profesor danés de la Universidad
de Aarhus, Johannes Munck (1904-1975), quien se planteó que a Pablo de
Tarso no le interesaba la salvación de los paganos considerados en sí mismos,
sino la restauración de Israel; y dentro del Israel restaurado, que
efectivamente se salvasen algunos paganos. La restauración de Israel
supone el retorno de las diez tribus perdidas tras la conquista del Reino de
Israel del Norte por Salmanasar V de Asiria. Los israelitas consideran que en
algún momento del futuro tales tribus regresarán a Israel a lomos de águilas lo
que coincidirá con la llegada del Mesías y la instauración del Reino Mesiánico,
que situará a Israel en el centro del mundo, que conquistará a las naciones de
alrededor, pereciendo las que no se conviertan a Yahvé y permaneciendo las
demás supeditadas a Israel. Munck cree que examinado el pensamiento judío de
Pablo, todos los que se convirtiesen a Yahvé se salvarían, idea esta presente
tanto en Jesús como en San Pablo. Pablo trae la idea de que el tiempo mesiánico
ha llegado y unos cuantos paganos se incorporarán a Israel, con lo que se cumplirá la profecía hecha a Abraham en el sentido de que sería padre de numerosos pueblos (Génesis 17,5). Por eso a Pablo no
le interesa tanto el pagano como tal, sino Israel y se convierte en
el apóstol de los gentiles para que sean injertados en el Israel completo
integrado tanto por judíos como por gentiles convertidos que admitan al Mesías.
Cinco años más
tarde, el obispo luterano de Estocolmo Krister Stendahl (1921-2008) llegó a la conclusión de que
probablemente Martín Lutero se había equivocado interpretando a Pablo de Tarso.
Dado que Lutero era un monje agustino no extraña que su pensamiento sea
totalmente coherente con el de San Agustín. En este sentido, se piensa que la
venida del Mesías instaura su ley [Gálatas 6,2 y Romanos 8, 6 y ss.], y una vez
instaurada esta, la Ley de Moisés deviene absolutamente inútil. Según Stendahl,
Pablo nunca jamás dijo que un judío que creyera en el Mesías tenía que dejar de
ser judío y dejar de observar la Ley de Moisés, lo que en opinión del Dr.
Piñero es rigurosamente cierto.
El hecho de que
aunque cronológicamente en el tiempo Jesús en anterior a Pablo, en la
transmisión Pablo es anteriormente a Jesús (ya que como se dijo antes, Jesús no
dejó nada escrito y los escritos más antiguos sobre él son de Pablo), parece
lógico dedicarse antes a Pablo de Tarso que a Jesús de Nazaret.
De todas formas,
a la vista de los textos paulinos es difícil armar una línea argumental sólida,
ya que de la lectura de los mismos, lo mismo se desprende la magnificencia de
la Ley de Moisés, como su práctica inutilidad, en el sentido que se afirma que
únicamente sirve para señalar que somos pecadores, hasta el punto de sumir a la
humanidad todavía en más pecado hasta la llegada del Mesías. Ello llevaría a la
idea de que el pensamiento de Pablo es incoherente y contradictorio, lo que no
parece admisible en un personaje de su altura teológica e intelectual que
arrastró a tantos creyentes a su interpretación de tal modo que hoy día, el número de
cristianos paulinos rebasa el 99% de los cristianos existentes en la
actualidad.
Ello puede
explicarse en el hecho que la interpretación tradicional -la anterior a Munk y
Stehndal- únicamente tenía en cuenta los pasajes en los que se criticaba la Ley
Mosaica ignorando completamente aquellos en que esta se alaba, con lo cual se
ha transmitido una imagen completamente distorsionada del pensamiento del
apóstol. En Romanos 2, 12, afirma Pablo algo que resulta insólito y clave, que
todos los gentiles, presentes, pasados y futuros, conocieran o no al Mesías, en
el día del Juicio Final, que es inminente, serán juzgados por la Ley de Moisés
(en palabras del Dr. Piñero), a pesar de que estos no la conozcan, ya que la
tienen inscrita en sus corazones.
De ello se
desprende que la Ley de Moisés está dividida en dos partes: una universal
(válida para judíos y gentiles) y eterna, y otra específica y temporal,
únicamente aplicable a los judíos y cuya aplicación a los gentiles desata en
Pablo gran ira e indignación. Existen textos rabínicos que afirman la idea de
que cuando llegue el Mesías, este cambiará la ley de Moisés si bien no se dice
cómo. Llama también la atención que Pablo nunca fue perseguido desde el
ámbito judío por causa de sus ideas sobre el Mesías. Lo único que se le imputa
al respecto por el judaísmo es su rechazo a la Ley de Moisés. Por eso, si se es
capaz de explicar el concepto dual de la Ley que tenía en Pablo, el resto de su
pensamiento no ofrece problema alguno al pensamiento judío con lo que se
resolvería el núcleo de la dificultad para entenderlo.
Todo ello
proporciona una hipótesis explicativa de cómo entiende Pablo la Ley de Moisés
que es doble y cambia en la época del Mesías. Hay que precisar que la ciencia
histórica y filológica se basa en hipótesis interpretativas que en ningún caso
devienen certezas y que son susceptibles de ser variadas por descubrimientos
posteriores. En síntesis, la Ley de Moisés no se aplica igual según el
Mesías y en tiempo mesiánico, (desde la primera venida de Jesús hasta la
parusía -segunda vuelta después de su muerte y resurrección) a un judío
convertido al Mesías que a un pagano también convertido al Mesías, que será injertado
en Israel por haber creído en el Mesías de Israel. Pablo probablemente debió de pensar, desde un marco de la restauración de Israel, en la triple
promesa de Dios a Abraham en el libro del Génesis: 1) que tendría una descendencia numerosa, 2)
que esta descendencia recibiría una tierra prometida y 3) que sería padre de
numerosos pueblos. De estas tres partes, las dos primeras en tiempos de Pablo
de Tarso, se consideraban sobradamente cumplidas, no así la tercera, ya que
Abraham era únicamente padre del pueblo de Israel, esto es, de los judíos en
sentido amplio.
Por esta razón,
Pablo considera que para que llegue el tiempo mesiánico ha de cumplirse la tercera
parte de la promesa, por lo que él ha de conseguir un cierto número de paganos
que se injerten en Israel mediante su conversión en el Mesías. Por ello se
lanza a una intensa carrera para encontrar paganos que crean en Mesías.
A tal efecto se dirige a dos caladeros potenciales, el de los filojudíos y el de los seguidores de religiones mistéricas. Los primeros, llamados temerosos de Dios por las Escrituras, frecuentaban las sinagogas y se sentían atraidos por el sentido ético de los judíos, su integridad y el grado de solidaridad que imperaba entre ellos que les llevaba a ayudar a los más desfavorecidos, especialmente a las viudas y los huérfanos. Sin embargo, no daban el paso definitivo de convertirse al judaísmo por causa de las leyes de pureza ritual y alimentaria y sobre todo, por el rechazo masculino a la circuncisión por considerarla bárbara, dolorosa e hilarante, ya que se hacía en vivo, sin anestesia, que provocaba mutilaciones que, a su vez despertaban la burla de los demás hombres, y el riesgo de infecciones que podían producir la muerte. Ante esta perspectiva, Pablo afirma haber tenido una revelación en el sentido de que también podrán salvarse los paganos que crean en el Mesías sin necesidad de hacerse judíos, ya que son gentiles por lo que no tienen la necesidad de circuncidarse ni observar las prescripciones rituales estrictamente reservadas para los judíos que constituyen la parte más terrible y onerosa de la Ley de Moisés. Por lo tanto, habrá que reunir el número de gentiles necesarios para que se cumpla la tercera profecía hecha por Yahvé a Abraham y se salve Israel, en el sentido de que él sería padre de numerosos pueblos convirtiéndoles a la fe del Mesías, pero continuando siendo gentiles, es decir, sin devenir judíos, lo que frustraría, sin duda el cumplimiento de la citada profecía. Ellos habrán de cumplir únicamente la parte esencial y eterna de la Ley que no es otra que el decálogo, la cual puede sintetizarse con las expresiones Ley del Mesías o Ley del Amor (según San Agustín, Ama y haz lo que quieras).
Los segundos, seguidores de religiones mistéricas, creían que se salvarían uniéndose espiritualmente a una divinidad que después de haber padecido y muerto, resucitó (Orfeo, Osiris, Alceste). El problema de este tipo de religiones es que eran únicamente aptas para ricos que no habían de trabajar o dedicarse a ulteriores responsabilidades, ya que los ritos iniciáticos eran caros y exigían dedicación absoluta, normalmente en lejanos santuarios, algo únicamente posible para las personas que tenían la vida solucionada. A estos, Pablo de Tarso les ofrece la redención de la mano de Jesús, que es totalmente compatible con el nivel económico, así como con la vida laboral y familiar de cualquier persona. Los rituales de aceptación y de unión con la divinidad, el bautismo con agua y la eucaristía con pan y con vino, respectivamente, están al alcance de cualquier persona.
Según Pablo de
Tarso, estos gentiles convertidos se salvarán exactamente igual que los judíos,
lo que provocó violento rechazo entre estos últimos. No obstante, los gentiles
que crean en Yaveh -mediante la conversión a Jesús- pero no se hagan judíos, únicamente podrán optar a una salvación
de segunda categoría. Ellos se incorporarán al Israel restaurado habiendo sustituido
la ley carnal de Moisés por la ley espiritual del Mesías, y la
circuncisión carnal por la espiritual. Se trata de una oferta insuperable
para los gentiles en la cual radica el éxito de Pablo de Tarso hasta nuestros
días. Y naturalmente, los judíos, que necesariamente han de observar la ley en
su totalidad -normas alimentarias, de pureza ritual y circuncisión inclusive-,
optarán a una salvación de primera categoría. En ningún caso han de dejar de
observar la totalidad de la Ley Judía (1ª Corintios 7, 17-20); mientras que, por otra parte, los gentiles convertidos no han de convertirse, a su vez, al judaísmo, ya que Dios
necesita que se conviertan miembros de todos los pueblos del mundo que simbolicen
a todos los pueblos de la tierra, si bien de manera diferenciada de los judíos,
que han de mantener su esencia e identidad. Tal es el núcleo de la teología
paulina. Por ello Pablo de Tarso nunca dejó de ser judío y cumplió los
preceptos de la Ley Judía hasta el final (Romanos 9), en contra del pensamiento
judío tradicional que considera al apóstol un traidor a su pueblo.
torsdag 19 oktober 2023
ANTONIO PIÑERO ¿EXISTIÓ JESÚS DE NAZARET? [CONFERENCIAS]
¿Existió Jesús de Nazaret? por Antonio Piñero en la I Jornada de Historia sobre Jesús de Nazaret y el Cristianismo Primitivo que tuvo lugar en Madrid el 16 de Junio 2018.
Según el Dr. Antonio Piñero, toda aproximación al cristianismo ha de comenzar necesariamente por preguntarse si Jesús de Nazaret existió realmente. En este sentido más del 99% de los académicos del ámbito universitario concluyen que necesariamente existió el personaje.
No obstante, las opiniones de Francesco
Carotta, Llogari Pujol o Michel Onfray (Tratado de ateologia) tienen una
inexplicable difusión social. Los dos primeros consideran que Jesús de Nazaret
serían sendas construcciones meramente literarias realizadas mediante copias y
transposiciones de Julio César y de relatos egipcios por parte de sacerdotes
egipcios de Sáqqara respectivamente. En este sentido, la negación de la existencia de Jesús
arranca de los movimientos ilustrados y racionalistas de finales del siglo XVIII
y principios del XIX.
El Dr. Antonio Piñero considera que en
ningún caso puede negarse la existencia histórica de Jesús de Nazaret, ya que
de lo contrario no se explica el cristianismo. Lo que ocurre es que algunos
autores y pensadores confunden el personaje histórico (Jesús de Nazaret) y el
Cristo de la Fe (Jesucristo).
Ello parece confirmarse por las fuentes
históricas externas al Nuevo Testamento (Flavio Josefo, Tácito o Plinio el
Viejo) y sobre todo, por el método de las dificultades aplicado a los Evangelios
y otros escritos neotestamentarios. Así, es evidente que entre estos existen muchas
discordancias sobre Jesús, su humanidad le hace reconocer que desconoce el
momento del fin de los tiempos y la instauración del reino de Yahvé, o ser bautizado
por Juan Bautista para el perdón de los pecados; o el hecho de su fracaso que
culminó en su abrupta muerte, entre otros, son hechos históricos cuya veracidad no pudo ser
ignorada ni mucho menos ocultada y que crearon grandes dificultades teológicas
a los cristianos. A ello cabe añadir que el Nuevo Testamento tan solo en siete ocasiones afirma claramente, el dogma cristiano de que Jesús es Dios. Por lo tanto, si Jesús de Nazaret nunca existió, cabe concluir que es un mito literario construido quizás, con fines proselitistas y si ello es así, está pésimamamente construido. Por todo ello es difícil sostener la no existencia de Jesús y así es estimado, como se apuntó al principio, por la mayor parte de los académicos del ámbito universitario.
D. Antonio Piñero expone y desgrana todos
estos argumentos oponiéndolos a los negacionistas mencionados, así como otros
que se exponen a lo largo de esta interesantísima conferencia.
onsdag 18 oktober 2023
måndag 16 oktober 2023
LLOGARI PUJOL: ¿EXISTIÓ REALMENTE EL JESÚS HISTÓRICO? LLOGARI PUJOL PRESENTADO POR ANTONIO PIÑERO [CONFERENCIA]
´
El 2 de agosto del año 2007 Llogari Pujol fue invitado por Antonio Piñero para exponer en el Escorial de Madrid sobre un cuestionamiento recurrente incluso hasta nuestros días ¿Existió realmente el Jesús Histórico?
söndag 15 oktober 2023
FRANCISCO DE OLEZA LE SENNE: LOS MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO [LA TABLA REDONDA, TVE (DEBATE)]
Debate sobre los manuscritos del Mar Muerto dirigido por Francisco de Oleza Le Senne a lo largo de dos retransmisiones diferentes, que cuenta con los siguientes participantes: Florentino García Martínez, Félix Gracia Plou, Hartmut Stegman, Julio Trebolle Barrera y Luis Vegas Montaner, Abel Posse, Fernando Sánchez Dragó y Mario Norberto Satz Tetelbaum.
Los esenios eran una secta judía de ideología teológica farisea (en oposición a los saduceos, si bien hay quien los identifica con estos) que vivían aislados en el mayor estado de pureza ritual posible, a la espera del final de los tiempos y la instauración del Reino de Yahvé. Su existencia fue acreditada por autores como Flavio Josefo o Plinio el Viejo. El descubrimiento de los manuscritos del Mar Muerto en el Qumrán acontecido en 1947, confirman arqueológicamente y amplían notablemente nuestros conocimientos sobre su existencia y su modo de vida. Se trata de un conjunto de manuscritos de diferente tipo datados entre los siglos III a. de C. y I d. de C. La mayoría de ellos están redactados en arameo, si bien algunos lo están en hebreo y hasta en griego.
Comprenden libros del Antiguo Testamento, comentarios, oraciones, calendarios y normas de la comunidad esenia.
FRANCISCO DE OLEZA LE SENNE: LOS MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO [LA TABLA REDONDA, TVE (DEBATE)]
Debate
sobre los manuscritos del Mar Muerto dirigido por Francisco de Oleza Le Senne a
lo largo de dos retransmisiones diferentes, que cuenta con los siguientes
participantes: Florentino García Martínez, Félix
Gracia Plou, Hartmut Stegman, Julio Trebolle Barrera y Luis Vegas Montaner,
Abel Posse, Fernando Sánchez Dragó y Mario Norberto Satz Tetelbaum.
Los esenios eran una secta judía de ideología teológica
farisea (en oposición a los saduceos, si bien hay quien los identifica con estos) que vivían aislados en el mayor estado de
pureza ritual posible, a la espera del final de los tiempos y la instauración
del Reino de Yahvé. Su existencia fue acreditada por autores como Flavio Josefo
o Plinio el Viejo. El descubrimiento de los manuscritos del Mar Muerto en el
Qumrán acontecido en 1947, confirman arqueológicamente y amplían notablemente nuestros
conocimientos sobre su existencia y su modo de vida. Se trata de un conjunto de
manuscritos de diferente tipo datados entre los siglos III a. de C. y I d. de C. La
mayoría de ellos están redactados en arameo, si bien algunos lo están en hebreo
y hasta en griego.
Comprenden libros del Antiguo Testamento, comentarios,
oraciones, calendarios y normas de la comunidad esenia.
onsdag 11 oktober 2023
EUGENIO GÓMEZ SEGURA-MERCEDES LÓPEZ SALVA: "HIJOS DE YAHVÉ. UNA ARQUEOLOGÍA DE JESÚS Y SAN PABLO" Y "EN LOS ALBORES DEL CRISTIANISMO" [LIBROS-PRESENTACIÓN]
Sesión de presentación de los libros:
-
En los albores del cristianismo, editado por Mercedes
López
Salva.
-
Hijos de Yahvé. Una arqueología de Jesús a Pablo. Obra de Eugenio Gómez Segura.
Con la participación de:
Comentario del Dr. Antonio Piñero (Blog "Cristianismo e historia. Tendencias 21)
måndag 9 oktober 2023
ANTONIO PIÑERO: EL ÉXITO CLAMOROSO DE PABLO DE TARSO [CONFERENCIA]
Antonio Duato, 07-febrero-2012
Resumen-transcripción
de la conferencia por Javier Renobales
- 1. Una religión de
salvación, pero no enraizada en mitos egipcios o griegos sino en la gran
tradición del pueblo judío, que en adelante se abría a los gentiles sin
necesidad de circuncisión ni los múltiples preceptos de la ley. Y el
pueblo elegido pasa a ser no la nación judía, sino todo el pueblo
espiritual de los que creen en Jesús. Los ritos (bautismo y eucaristía)
son también ritos que no necesitan un templo.
- 2. Una religión bien
organizada y segura gracias a estos elementos:
Tras este análisis del primitivo cristianismo, yo me
preguntaba:
- –¿Y con qué estrategia
acertada podría presentarse la doctrina y la figura de Jesús para que
resultase digerible y deseable a la gente de este gran imperio de la
globalización?
- –¿Qué purificaciones y
simplificaciones deberían debería hacer de este cristianismo histórico?
- –Entre las muchas
propuestas, me salía una y otra vez el estilo del Jesús presentado por
Salvador Santos con toda aquella serie de comentarios a Marcos que él
titilaba La semilla de la Igualdad. Este Jesús de Nazaret es el que mejor
sería acogido en la plural sociedad de hoy y más frutos podría
desarrollar. Véase la serie referida en Atrio, todos los martes, entre el
13 de Junio y Noviembre de 2010. Buscar en este Índice de
artículos de Salvador Santos.
söndag 8 oktober 2023
NORMA LILIA, PEDRO ROSARIO, ALEJANDRO D’AMICO Y EUGENIO GÓMEZ SEGURA: JESÚS EL JUDÍO. ¿ASESINADO POR SEDICIÓN? [ALONSO NARANJO, DEBATE]
Debate conducido por Alonso Naranjo en el que toman parte Norma Lilia, Pedro Rosario, Alejandro D’Amico y Eugenio Gómez Segura (Indagando en la Biblia).
lördag 7 oktober 2023
ANTONIO PIÑERO: EL CONCILIO DE NICEA, ARRIANISMO Y MODALISMO [GABRIEL ANDRADE, ENTREVISTA]
Gabriel Andrade conversa con Antonio Piñero sobre Arrio y el Concilio de Nicea (325), entre otros.
Apuntes sobre la entrevista.
Según el Dr. Antonio Piñero, cabe desmentir ciertos mitos extendidos como que las actas de este concilio desaparecienron, cuando en realidad no se redactó documento alguno excepto una declaración final que es el Credo de Nicea; o que allí se estableció el canon neotestamentario (Voltaire). El objeto del Concilio de Nicea fue establecer la naturaleza de Cristo. Así, los Arrianos sostenían que Jesús era hijo de Dios, pero en ningún caso el propio Dios. Era hijo de Dios, en un momento dado, divinizado por el padre, por lo que incluso, en un momento intelectual antes de los siglos, no habría existido. Ello afecta notablemente a la comprensión de Jesús y su percepción y posibilidad de ser imitado por los seres humanos.
Esta disputa tiene su origen en las distintas imágenes que proyectan los escritos neotestamentarios. El concilio fue convocado por el emperador Constantino en 325 con la finalidad de unificar criterios entre los cristianos a fin de dar estabilidad al imperio romano.
Las doctrinas de Arrio fueron confrontadas por el patriarca de Alejandría Alejandro y su discípulo Atanasio, Se llega al concilio porque la Iglesia, como rama que era del judaismo, parte de una confusión mental grande y es que nunca jamás en el judaismo ni el judeocristianismo, ni los primeros cristianos, se habían planteado que Jesús, al mismo tiempo que ser humano, pudiera ser un ser divino. Las soluciones a tal cuestión son difusas, considerando que Dios no es un ente monolítico sino que se manifiesta a través de su palabra y también del Mesías. Así, mientras que los judíos consideran a Dios como un ente fijo y apartado, los cristianos (tanto judeocristianos como paulinos como arrianos) consideran que en su actuación se prolonga hasta el punto de asumir naturaleza humana.
En este proceso, Orígenes de Alejandría (124-253) juega un papel importante por la influencia ejercida sobre Arrio (250/256-336). En palabras de Roger Haight (1936), Dios Padre es transcendente e incognoscible e incomprensible, mientras que el Hijo puede ser conocido, intermediando sus cualidades un conocimiento de las propiedades del Padre por los seres humanos. Arrio aplicó la doctrina de Orígenes en el sentido de que Dios es absolutamente trascendente, de lo que se deriva que no admite otra entidad alguna igual a sí mismo. Por esta razón, no puede aceptarse que el Hijo y el Espíritu sean de la misma naturaleza que el padre. La imposibilidad de explicar y comprender tales argumentos con categorías filosóficas determinó que la Trinidad fuese considerada un misterio, lo que deviene a su vez, un verdadero dogma.
En el Concilio de Nicea triunfó la postura de los católicos ortodoxos en el sentido que el Hijo no tiene principio alguno, no fue creado por el padre, sino engendrado (según Plotino algo más sublime que lo simplemente creado -categoría en principio reservada para los seres humanos, lo que es equívoco, y propio de los seres divinos, mientras que los seres meramente humanos son capaces de generar criaturas, seres meramente humanas-); en todo caso, al igual que el Padre, prexistente y eterno, de la misma naturaleza o esencia que Este; y que la naturaleza del Hijo es absolutamente divina. Según la Iglesia, tales conclusiones habrían sido inspiradas por el Espíritu Santo (Así, desde Pentecostés).
En cualquier caso, en el siglo IV la consideración de Jesús como Dios estaba ampliamente extendida y en general, era indiscutible. Cabe decir que se trata de consideraciones fílosóficas típicas de los siglos III y IV. Para los creyentes, únicamente cabe creer tales dogmas, habiendo de renunciar a su comprensión.
Por su parte, el modalismo es una doctrina que puede aplicarse a la elaboración de estas doctrinas otorgándoles una mayor posibilidad de ofrecer una categoría más racional que fue, sin embargo rechazada y condenada por la Iglesia. Estas posturas, en principio tan ininteligibles, encontraron sin embargo, un gran apoyo (únicamente Arrio, Eusebio de Cesárea y quizás, de Eusebio de Nicodemia se opusieron), sin que se sepa exactamente la razón de la misma. Quizás pudiera haber habido cierta presión política por parte del emperador en aras de una mayor unidad política entre oriente y occidente. Se trata de una conjetura que tiene, sin embargo, relevancia histórica.
De todas formas, los sucesores Constantino fueron arrianos y el Concilio de Nicea no fue el punto final de esta disputa, habiendo de ser la doctrina trinitaria aclarada y reforzada en el Concilio de Calcedonia (451).
Otras aportaciones del Profesor Antonio Piñero sobre el Concilio de Nicea:
El canon del Nuevo Testamento no se estableció en Nicea (2014)
La corrupción temprana del cristianismo (2014)
tisdag 3 oktober 2023
JAVIER ALONSO: LA RESURRECCIÓN DE JESÚS [GABRIEL ANDRADE, ENTREVISTA]
Según Javier Alonso, la resurrección no es admisible desde un punto de vista científico. A partir de este postulado cabe preguntarse por la razón de esta creencia por parte de los discípulos de Jesús de Nazareth.
Quizás, el
fundamento último resida en el hecho de que su cuerpo nunca habría sido
encontrado, lo que les habría impedido iniciar la fase de duelo y la
consiguiente asimilación de la pérdida. A ello cabe añadirle el trauma que
supuso para sus seguidores saber que su líder había muerto en la cruz de forma
infamante, lo que supuso el inesperado y abrupto fracaso de su misión. Ello
habría generado, a su vez, una falta de aceptación de la evidencia, exacerbada
quizás, por el sentido de culpabilidad derivado del hecho de haberlo abandonado
a su suerte ante la reacción del poder romano.
En este sentido,
el hecho desencadenante de este proceso en la formación de la creencia en la
resurrección del Maestro acaso fuese la inestabilidad emocional de María
Magdalena (de la que había expulsado siete demonios), personaje cercano a Jesús
y que interiorizaría su muerte de forma particularmente íntima. Ella habría
manifestado a los demás discípulos su percepción y convencimiento de que Jesús
estaba de nuevo entre ellos. En este proceso, el fenómeno psicológico de la
disonancia cognoscitiva habría jugado un papel muy importante.
Javier Alonso,
autor del libro La Resurrección. De hombre a Dios (Arzalia) expone y analiza
estos argumentos en una interesante entrevista servida por Gabriel Andrade.

