ANTONIO PIÑERO: EL CENSO DE QUIRINO [DAVID MARTÍNEZ ADASME, ENTREVISTA]
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¿Existió el censo de Quirinio?, ha sido una pregunta formulada
desde hace siglos. Diferentes posturas han tratado de abordar este tema desde
perspectivas distintas por motivos de corrientes y creencias. El profesor y
academico Antonio Piñero pone en la mesa varias dificultades:
1. Herodes no hubiera permitido un censo en su gobierno
2. Quirinio no era el gobernador de Siria, sino que era
Saturnino o Quintilio Varo.
3. José no debia regresar a una ciudad ancestral por
motivos del censo.
4. Este censo universal no es mencionado en ninguna
fuente.
Sin lugar a dudas, es un tema rico en conocimiento y que
debe ser tratado desde ya en nuestro idioma
(https://www.youtube.com/watch?v=O4QjFZPMy54 )
APUNTE DEL BLOG “CRISTIANISMO E HISTORIA” DE
ANTONIO PIÑERO
La infancia de Jesús (VI). Cronología del censo de Quirino
y sus problemas (654)
Escribe Antonio Piñero
Examinamos hoy, brevemente en lo posible, porque estimo que la cuestión es
bastante conocida.
La cronología del censo de Publio Sulpicio Quirino, es mencionada por Flavio
Josefo en Antigüedades de los judíos XVIII 1,1, y lo sitúa en los años 6 de
nuestra era tras el destierro de Arquelao por Augusto. El censo tenía una
finalidad puramente fiscal / tributaria. He aquí el texto:
“Entonces Quirinio (Cirenio), senador romano, que había tenido varias
magistraturas y que había llegado a cónsul fue enviado por el César (Augusto) a
Siria como juez de esta nación y para hacer una estimación de sus riquezas. Con
él fue también Coponio, varón del orden ecuestre, para que se hiciera cargo del
poder romano sobre los judíos. Quirinio en persona se presentó en Judea, que
formaba entonces parte de la provincia de Siria para hacer esa estimación de la
riqueza de la nación y para disponer de los dineros de Arquelao. Al principio
los judíos llevaron muy a mal este censo. Pero finalmente dejaron de lado
cualquier tipo de oposición ya que fueron persuadidos por las palabras de
Joazar, hijo de Beeto, que era el sumo sacerdote. Así que convencidos por esas
palabras dieron cuenta de sus haberes sin mostrar ulterior oposición”.
Como es sabido, este censo supuso una revuelta armada (¡no en Judea, sino en la
nacionalista Galilea!) dirigida por Judas de Gamala (denominado también
probablemente Judas el Galileo y el fariseo Sadoc). Esta revuelta fu aplastada
por Coponio y costó mucha sangre. En mi novela, junto con J. L. Corral, “El
trono maldito” (Planeta 2014) aparece este episodio novelado, pero siguiendo
muy al pie de la letra lo que se puede saber por la historia.
El texto de Lucas es el siguiente:
“1 Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que
se empadronase todo el mundo. 2 Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo
gobernador de Siria Cirino. 3 Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.
4 Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la
ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David,
5 para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta.”
Las dificultades de que este censo fuera a) universal y b) que estuviera
dispuesto por tribus (es decir, que los pertenecientes a una estirpe o tribu
debiera ir a censarse no donde vivía habitualmente, sino en el lugar de origen
de su familia, son muy grandes.
1. La historia antigua no registra censo universal alguno ordenado por Augusto
durante su reinado. Aparte del texto de Lucas, los antiguos anales del Imperio
Romano no han conservado ninguna noticia de un censo universal durante el
principado de Augusto, lo cual hace muy improbable que hubiera ocurrido. Es
sumamente extraño que ninguna fuente histórica de la antigua Roma imperial de
la época, y son bastantes, se haya hecho eco de un aconteci¬miento tan
importante como debió de ser un empadronamiento general de todo el Imperio, que
hubiera movido a millones de personas. Autores cristianos muy tardíos, como
Casiodoro (siglo VI), Isidoro de Sevilla (siglo VII), y un diccionario
bizantino llamado la “Suda” (siglo X), en la voz “censo”, dan sin embargo
testimonio de ese censo imperial e universal. Pero lo más probable es que tales
autores hayan tomado la noticia ¡del propio evangelista Lucas! Por consiguiente, su testimonio no
tiene valor independiente.
2. La segunda dificultad: es inverosímil que en Israel pudiera llevarse a cabo
un censo imperial durante el reinado de Herodes. Entonces habría habido dos
censos, uno en tiempos de Herodes el Grande y otro después del desierro de
Arquelao: Flavio Josefo presenta, tanto en sus Antigüedades de los judíos (XVII
355; XVIII 1-2.26.102) como en su Guerra de los judíos VII 253), el censo de
Quirino como algo nuevo y sin precedentes.
Lucas afirma sin duda alguna que este censo ocurrió siendo gobernador de Siria
Quirino y que a la vez eran los tiempos del rey Herodes el Grande. Ahora bien,
esta situación resulta inverosímil. ¿Cómo iba a permitir este monarca soberano
que un legado de Augusto hiciera un censo en su territorio? Tal posibilidad iba
en contra de los derechos de un rey “socio y amigo del pueblo romano”, según
las normas del Imperio.
Respecto a Quirinio: fue legado de Siria entre Volusio Saturnino y Cecilio
Crético (por tanto en los años 6/7). Algunos investigadores –movidos por el
deseo de no dejar en mal lugar al evangelista Lucas e intentar compaginar los
datos de este con los de Flavio Josefo– se preguntan si pudo haber sido
Quirinio dos veces legado de Siria y haber hecho dos censos
Pero esto que es teóricamente posible (aunque solo para Judea; de ningún modo
para un censo universal) resulta de hecho de muy poca ayuda para la
concordancia entre Lucas y Josefo ya que, en todo caso solo Quirinio solo pudo
ser legado de Siria por vez primera en los años 3/2 a.C. (ya que es el único
año del que no nos consta el nombre del legado de Siria. Luego, ¡¡no en tiempos
de Herodes el Grande, que había muerto en el año 4 a.C.!!
Mi juicio sobre Lucas es que actúa en este pasaje como hagiógrafo y no como
historiador concienzudo que controla todos sus datos. Y como hagiógrafo en ese
momento está en el plano de la leyenda, no en el histórico. Casi seguro que
Lucas se equivocó en la fecha del censo de Quirinio.
• 3ª dificultad: un censo romano no hubiera obligado a José a trasladarse a
Belén. Además, su esposa no habría tenido necesidad alguna de acompañarlo. La
razón ofrecida por el evangelista Lucas, la necesidad de que José se
tras¬¬ladara a Belén, al lugar de donde procedía la familia, es también inverosímil.
Porque, como hemos dicho ya, un empadronamiento tenía motivos fundamental¬mente
impositivos, de pagos fiscales a la hacienda imperial. Cada uno debía censarse
y pagar sus tasas allí precisamente donde residía, no en donde era oriunda su
familia. Los romanos no hacían censos tribales.
Además, María no era davídida, sino aarónida, si era pariente de Isabel (Lucas:
José no era su padre biológico; y ella, María, era aarónida. Véase Lc 1,5:
“Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote, llamado Zacarías, del
grupo de Abías, casado con una mujer descendiente de Aarón, que se llamaba
Isabel”.
O Flavio Josefo se equivoca o se equivoca Lucas: el lector debe escoger…
Por otro lado, Lucas es además inexacto con el sacerdocio de Anás: ni lo era en
el año 29 (= año 15 de Tiberio), pues fue sumo sacerdote del 6-15… ni tampoco
lo era con Caifás, sino simplemente su suegro influyente (Caifás fue sumo
sacerdote del 18 al 36 d.C.). No era posible un sumo sacerdocio oficiado por
dos sumos sacerdotes a la vez. Por tanto la formulación lucana es inexacta y no
cuadra con las fechas del sumo sacerdocio de Anás.
En conclusión, Lucas como hagiógrafo solo sabe más o menos que Jesús nació en
tiempos de Herodes y a partir de ahí fabula.
Además, los primeros cristianos no tuvieron interés… así que las leyendas
debieron de formarse más bien tardíamente. Según el historiador judíos de los
siglos XIX-XX Salomo Reinach y Ch Guignebert (que lo cita en su obra “Jesús”,
hubo cristianos que tomaron al pie de la letra el texto de Jn 8,57 (véase la
postal del día anterior: “Aún no tienes cincuenta años… y ya has visto a
Abrahán…”) y pusieron la muerte de Jesús en tiempos de Claudio (entre el 41 y
el 54)!. Otros, en tiempos de Nerón hacia el 58. Otros situaron el nacimiento
en el año 9 ( después de Arquelao!!!), y otros pensaron que la crucifixión fue
muy pronto, hacia el 21 (cuando aún no gobernaba Poncio Pilato en Judea, que
comenzó en el 26!!!). Es decir, tenemos aquí otras fabulaciones cristianas
primitivas que tampoco hacen caso de la cronología de Lucas o la interpretan
muy a su manera.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
Jueves, 4 de Agosto 2016
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